
FAHRENHEIT 9/11: Controversy... What controversy?
Una vez más, Michael Moore vuelve a hacer de las suyas en el documental más taquillero de la Historia. Mete el dedo en la yaga y escarba hasta el fondo en un tema considerado por muchos americanos tabú, como fueron los atentados del 11-S y la guerra de Irak.
Moore se propone sacar a la luz la verdad sobre estos hechos, mostrar los engaños y falsedades a los que ha estado sometida la sociedad norteamericana.
Moore se propone sacar a la luz la verdad sobre estos hechos, mostrar los engaños y falsedades a los que ha estado sometida la sociedad norteamericana.
Empieza fuerte, nada más y nada menos que con la supuesta manipulación que hicieron George W. Bush y aliados (como la poderosísima cadena de televisión Fox) para ganar las elecciones presidenciales norteamericanas del año 2000, y como el Senado estadounidense ignoró a cientos de ciudadanos americanos que pedían un recuento de los votos.
Una dramática e impresionante pantalla en negro, en la que sólo se oye sonido de fondo, hace intuir que ya se ha llegado al atentado de las Torres Gemelas. Y aquí ya empieza el lío.
Una dramática e impresionante pantalla en negro, en la que sólo se oye sonido de fondo, hace intuir que ya se ha llegado al atentado de las Torres Gemelas. Y aquí ya empieza el lío.
La voz en off de Moore, las imágenes de archivo y las entrevistas realizadas van desarrollando la historia. Resulta que la familia Bush, la familia Bin Laden y la familia real saudí tienen décadas de relación amistosa, con grandes intereses económicos y petroleros de por medio. La población está asustada y confusa. Algunos exigen la verdad, mientras otros hacen todo lo posible para ocultarla. Aparecen miles de irregularidades que van atando los cabos de estos sucesos. Se produce la guerra de liberación de Afganistán. Una tapadera. La guerra de Iraq. Otra tapadera. Y va pasando el tiempo, siguen muriendo civiles y soldados por una causa que aún desconocen mientras los poderosos se hacen más poderosos todavía. Y la historia aún está por terminar.
Fahrenheit 9/11 es un buen ejemplo de documental político, ya no sólo porque la Política americana sea el centro del documental, sino por la capacidad crítica y analítica hacia ella que expone Moore durante todo el documental. Igualmente, conserva algunas características del documental performativo: por ejemplo, aun no ocupando la posición central del documental, Moore se posiciona en el film, un poco sin quererlo, como el anti héroe, y nunca mejor dicho, ya que su sola presencia origina situaciones controvertidas y curiosas; también recurre a elementos personales, como su ciudad natal, Flint, en la que centra algunos de los momentos y personajes del documental; y se topa con algunas limitaciones que condicionan su trabajo.
Otra característica de este documental, muy de la cosecha propia de Moore, es la mezcla que hace de un tema serio con un guión irónico y con humor, que lo aligera bastante.
Otra característica de este documental, muy de la cosecha propia de Moore, es la mezcla que hace de un tema serio con un guión irónico y con humor, que lo aligera bastante.
A todos aquellos que no lo hayan visto, en mi opinión es un documental que os recomiendo, ya no sólo por la calidad del documental, sino también por lo que explica, por lo que aprendes, por las inevitables ideas y reflexiones que haces justo después de verla.
Es un documental largo, dos horas, en el que se expone una gran cantidad de información. Para alguien, como yo, que no esté muy puesto en política y asuntos internacionales, es fácil perder en algunos momentos el hilo de la trama y descolocarse, por lo que sería necesario visionarlo un par de veces para poder captarlo en su totalidad.
Igualmente, encuentro que Michael Moore intenta posicionar un poco al espectador, donde ni unos son tan buenos ni otros tan malos.
A pesar de esto, un gran documental.
Es un documental largo, dos horas, en el que se expone una gran cantidad de información. Para alguien, como yo, que no esté muy puesto en política y asuntos internacionales, es fácil perder en algunos momentos el hilo de la trama y descolocarse, por lo que sería necesario visionarlo un par de veces para poder captarlo en su totalidad.
Igualmente, encuentro que Michael Moore intenta posicionar un poco al espectador, donde ni unos son tan buenos ni otros tan malos.
A pesar de esto, un gran documental.
María Parra Castillo

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