Cada director tiene su tema y sus obsesiones: para Antonioni fue la búsqueda imposible del sentido de la pareja, Kubrik perseguía la perfección absoluta de la obra de arte, David Lynch investiga constantemente alrededor de nuevas formas narrativas y Haneke es el gran estudioso de la violencia sin sentido y del mal con mayúsculas.
En La cinta blanca, Haneke plantea una historia que se desarrolla en una pequeña localidad alemana entre 1913 y 1914; a las puertas de la Primera guerra Mundial. Utiliza un narrador omnipresente –el joven maestro del pueblo- que actuará dentro y fuera de la narración tomando el papel de conciencia colectiva, y que nos relatará unos hechos que, a su entender, todavía no tienen explicación. Los niños, recurso excepcional para conseguir causar terror: asociar aquello que es más puro y más cándido con lo que es más maléfico y terrorífico, focalizan la atención del relato; los adultos están presentes porque sancionan, castigan y vejan…
El mal en estado puro y la duda se irán instalando en la pequeña comunidad a medida que avanza el relato.
Destacar la ausencia de banda sonora. La realidad de la cotidianidad se desnuda del artificio de la música; el crepitar de fondo que acompaña a los diálogos se te clava en la pupila como la aguja de un gramófono que alguien olvidó colocar al inicio de la canción una vez terminada ésta. Y por si fuera poco; el fotógrafo Cristian Berger, que ya trabajó con Haneke en Caché (2005) y La pianista (2001), usa el blanco y negro magistralmente, con unos encuadres perfectos con losque nos aporta detalles minuciosos sobre el contexto y la violencia contenida, pero que nos dejan fuera de la acción cuando el director utiliza el fuera de campo en los momentos de violencia explícita de los que quedamos totalmente excluidos y sólo podemos imaginar. Y ya se sabe cuán espléndida puede ser la imaginación…
En todo el planteamiento de la obra, el director nos da muchos motivos para poder pensar dónde está el origen del mal: ¿Es algo que se aprende? ¿Es una reacción a una situación de sumisión? ¿Es una respuesta al imperativo de no dejar crecer con libertad de acción y de pensamiento? ¿O podemos dejarnos llevar por el determinismo y pensar como decía Hobbes: "Homo homini lupus"…?
Una gran pel.lícula. I, com en gairebé totes les obres mestres de Haneke, de nou una brillant lectura sobre la violència i l'odi i, en aquest cas, sobre les possibles arrels dels feixismes que anys després desolarien Europa.
Una gran pel.lícula. I, com en gairebé totes les obres mestres de Haneke, de nou una brillant lectura sobre la violència i l'odi i, en aquest cas, sobre les possibles arrels dels feixismes que anys després desolarien Europa.
ResponderEliminarMolt ben triada.
Laia Quílez.