sábado, 17 de abril de 2010

La cinta blanca



Ficha técnica

Director: Michael Haneke

Guionista: Michael Haneke y Jean-Claude Carrière

Fotografía: Christian Berger

Nacionalidad: Alemania, Austria, Francia e Italia

Duración: 144 minutos

Cada director tiene su tema y sus obsesiones: para Antonioni fue la búsqueda imposible del sentido de la pareja, Kubrik perseguía la perfección absoluta de la obra de arte, David Lynch investiga constantemente alrededor de nuevas formas narrativas y Haneke es el gran estudioso de la violencia sin sentido y del mal con mayúsculas.

En La cinta blanca, Haneke plantea una historia que se desarrolla en una pequeña localidad alemana entre 1913 y 1914; a las puertas de la Primera guerra Mundial. Utiliza un narrador omnipresente –el joven maestro del pueblo- que actuará dentro y fuera de la narración tomando el papel de conciencia colectiva, y que nos relatará unos hechos que, a su entender, todavía no tienen explicación. Los niños, recurso excepcional para conseguir causar terror: asociar aquello que es más puro y más cándido con lo que es más maléfico y terrorífico, focalizan la atención del relato; los adultos están presentes porque sancionan, castigan y vejan…

El mal en estado puro y la duda se irán instalando en la pequeña comunidad a medida que avanza el relato.

Destacar la ausencia de banda sonora. La realidad de la cotidianidad se desnuda del artificio de la música; el crepitar de fondo que acompaña a los diálogos se te clava en la pupila como la aguja de un gramófono que alguien olvidó colocar al inicio de la canción una vez terminada ésta. Y por si fuera poco; el fotógrafo Cristian Berger, que ya trabajó con Haneke en Caché (2005) y La pianista (2001), usa el blanco y negro magistralmente, con unos encuadres perfectos con los que nos aporta detalles minuciosos sobre el contexto y la violencia contenida, pero que nos dejan fuera de la acción cuando el director utiliza el fuera de campo en los momentos de violencia explícita de los que quedamos totalmente excluidos y sólo podemos imaginar. Y ya se sabe cuán espléndida puede ser la imaginación…

En todo el planteamiento de la obra, el director nos da muchos motivos para poder pensar dónde está el origen del mal: ¿Es algo que se aprende? ¿Es una reacción a una situación de sumisión? ¿Es una respuesta al imperativo de no dejar crecer con libertad de acción y de pensamiento? ¿O podemos dejarnos llevar por el determinismo y pensar como decía Hobbes: "Homo homini lupus"…?

Ana Moreno B.

1 comentario:

  1. Una gran pel.lícula. I, com en gairebé totes les obres mestres de Haneke, de nou una brillant lectura sobre la violència i l'odi i, en aquest cas, sobre les possibles arrels dels feixismes que anys després desolarien Europa.

    Molt ben triada.

    Laia Quílez.

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